Son elucubraciones de la mente, creerlo implica que
nos creemos menos que los demás. Todo ser humano tiene defectos y cualidades,
lógicamente algunos más de unos o de otras, pero el ser perfecto y armonioso en
su totalidad no existe, por lo menos no aquí en la tierra.
Por ello, idealizar una persona o una pareja, es no
conocer o no comprender como esas parejas o personas agradables, viven también
sus conflictos, con la diferencia que no lo hacen un evento público.
Han aprendido a resolver sus conflictos en lo privado,
a tratar a las personas con respeto y a respetarse. Esto no implica que no
puedan llegar a tener las mismas dificultades que las demás personas o parejas,
lo que han aprendido es a no hacer de ellas montañas inmensas y arrastrar con
ellas cada día.
La armonía del ser requiere constancia, aplicación de
lo aprendido e imaginación para emprender caminos no explorados. El buen trato
es un buen mensaje hacia los demás, pero si esto solo oculta el maltrato en lo
privado, esto solo nos vuelve unos grandiosos hipócritas con los demás, pero
unas malas personas con nuestros seres cercanos.
Cada persona entiende la vida a su manera, entre más
disposición haya para compaginar nuestra vida con la de los demás, y esto
abarque un gran número de seres humanos, más vamos a parecer personas o parejas
ideales, que los demás quisieran imitar o encontrar.
El cielo seguirá siendo azul para quien así lo quiera
creer, pero si no encontramos el significado de lo real, de lo escondido tras
cada mirada en la vida, vamos a seguir anhelando aquello que no entendemos,
cuando solo está en nosotros poderlo ver como lo que es.
El comportamiento humano se acomoda generalmente a las
circunstancias que lo rodean, por ello en barrios problemáticos sus habitantes
tienden a ser más conflictivos y en zonas urbanas o rurales pacíficas, las
personas son más confiadas con sus congéneres. En otras palabras, si uno no
quiere ser impetuoso, debe evitar estar en constante confrontación con aquellos
seres humanos que no han hecho de su vida, un estado de tranquilidad.
Con esto no quiero decir, que debemos colocar una
barrera entre unos seres humanos y otros, pero sino has sido capaz de cambiar
para bien a alguien, probablemente ese alguien te va a cambiar a ti para mal, y
vas a terminar viviendo un estado de malestar constante.
Con cada gesto, con cada palabra, con cada acción,
enviamos un mensaje hacia los demás y si los demás nos perciben como buenas
personas, bien por nuestro bienestar, pero si nos lo llegamos a creer, dejamos
de crecer y nos convertimos en algún momento en engreídos, que no están
dispuestos a seguir limando defectos y a propender por el bien común, con ello
ensombrecemos la vida.
Ragde 47