JJ Benítez habla en A 33.000 pies (una conversación
con el Dios en el que cree y yo también), sobre la forma en que de alguna
manera se recibe o recoge lo sembrado.
No recuerdo muy bien y no teniendo el libro a la mano,
recurro a mi memoria. Algunas formas de pago a las trasgresiones humanas podría
resumirlas así:
Al asesino lo perseguirá el fantasma de sus muertos.
Al envidioso será estrangulado por la serpiente de la
insatisfacción constante.
Al soberbio le tocará ver como sus oprimidos lo
limpian inclusive de sus propios excrementos.
Al mentiroso le tocará verse difamado.
Al mujeriego tendrá que vivir la soledad.
Al ladrón le tocará vivir el insomnio.
Al fanático religioso, su fanatismo será su peor
castigo.
También asegura que algunos pagarán al contado y otros
en incómodos plazos, pero todos pasarán al otro lado (hablando del final de la
vida) con todo saldado.
Lo que entiendo, y espero no equivocarme en la
interpretación, es que viviremos lo contrario como una mejor manera de
interiorizar lo equivocado de nuestro hacer en la vida.
Así mismo podría vislumbrar otros errores humanos y su
corrección en la vida.
En el caso de las adicciones:
Al adicto al sexo, lo perseguirá la insatisfacción
sexual, no habrá placer.
Al adicto al juego, la ganancia nunca le será
suficiente.
Al adicto a las drogas, vivirá sus alucinaciones
ignorando la vida.
Al rebelde, le será encarcelada su anhelada libertad.
El corrupto, verá derrumbarse su castillo en un abrir
y cerrar de ojos.
La calamidad espera para quien obra mal, que se lleve
el sufrimiento en silencio, en el aislamiento, o dentro de la casa, no
significa que el mal obrar sea de buen redito.
Uno esperaría que la humanidad empiece a tomar conciencia,
para que la era de luz y vida propagada por las verdaderas religiones, que
hablan de amor y así lo viven, llegue a esta sufrida humanidad…
Ragde 47