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Alguien me dijo:

"Todo lo que pasa en la vida tiene una razón de ser, Dios no deja nada al azar"

...así mismo dile a los que están en la película contigo, que no todo fue planeado así, pero la idea general está plasmada en cada experiencia vivida, que el Dios del amor, que controla su creación no sabe del error, no puede equivocarse porque dejaría de ser quien es...

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miércoles, 10 de mayo de 2023

LA DEMOCRACIA




No todos tenemos intereses iguales y por ello es que la democracia no funciona. No todos tenemos lo mismo en lo económico, en el poder social, en niveles de educación, en influencias políticas y sociales. Mientras a mí me puede interesar tener la garantía de un trabajo digno y bien remunerado, a otros sus intereses los ubican en el cuidado de la propiedad, ya que poseen casas, carros, fincas, empresas, y hacia allí apuntan sus intereses dentro del estado. No es sino que se oiga una voz disidente para que las otras voces se pronuncien en contra, y se empiecen a abrir brechas de razonamiento entre unos y otros.

La democracia funcionaria entre iguales, pero como no es posible, empiezan a primar los intereses de unos para imponerse sobre los de los demás y uno diría que ganaría la mayoría, en la realidad no es así. Si fuese así, ganarían los pobres que son más en cantidad que los ricos, ganarían los trabajadores o asalariados que son más en cantidad que los empresarios. Ganarían las mujeres, que son más en cantidad comparativa que los hombres.

Y no sucede así, porque la democracia funciona en la realidad con base en los niveles de poder que se tienen. El patrón tiene más poder que el trabajador y lo usa a su favor. El empresario tiene más poder que el trabajador y coacciona para fortalecer sus intereses monetarios. El hombre siempre ha tenido mayor poder en el hogar y dictamina la voz femenina en acuerdo a sus intereses machistas.

Y la sociedad se ha vuelto esa búsqueda constante del tener, poseer, adquirir riqueza, propiedades, impulsar y agrandar empresas, sin importar que tan bien o mal le esté hiendo a la mayoría de ciudadanos. Si la pobreza aumenta, la democracia estará en decadencia, si el desempleo aumenta, la democracia irá en declive, si la delincuencia, la corrupción, la sintomatología de malestar social aumenta, la democracia, al igual que los reinados, el feudalismo o el esclavismo tendrá sus días contados…

Ragde 47


viernes, 17 de marzo de 2023

ALIENTO





Voces, se escuchan, se olvidan, o se les hace caso. Siempre habrá, siempre hablarán, cada una desde su especialidad, el dueño de restaurante, promocionando sus manjares, comidas y la carta que allí consigues, el mecánico, y los arreglos que podrías obtener en su taller. El médico, el psiquiatra, el psicólogo, el endocrinólogo, el nutricionista, la enfermera, desde lo que conocen, la enfermedad. Y no puede ser de otra manera, ya que, si se llevan años viviendo, viendo y especializándose en cada una de las diversas enfermedades que aquejan al ser humano, su visión de la vida les hace percibir cuando algo “anda mal” en el cuerpo humano.

El problema yace cuando ese alguien que se percibe enfermo, no se siente como tal, sin importar diagnóstico. A que le creería uno más, a la experiencia del científico, o a la percepción de aquel que lleva 10, 20, 30, 40, 50 o 100 años conviviendo a diario con su cuerpo y que desde mi entender sabe más que cualquier especialista respecto a su propio cuerpo. Si hace caso a las voces que desde la experiencia científica le dictaminan exámenes y búsqueda de una enfermedad, puede sucederle la tragedia de cierto chiste, que cuenta algo así:

Una mañana la esposa le dice a su marido que lo nota algo desmejorado, pálido y al parecer enfermo, él dentro de sí, empieza a sentirse algo enfermo, y así, siguiendo consejo de su esposa va a donde el médico, allí tras varios exámenes, le encuentra que tiene una úlcera en su estómago, así que le formulan omeprazol, con el pasar de los días sigue acudiendo al médico, ya que le aparecieron otras dolencias que antes no tenía, cada vez más deteriorada su salud, el pobre paciente toma ya muchísimos medicamentos que en vez de mejorarlo, cada vez siente que las enfermedades van ganando la batalla en su cuerpo.

Para resumir, al final del dichoso chiste, el señor que una mañana lo notaron, “algo enfermo” falleció. A quien culpar de su amarga tragedia, a la esposa y sus consejos, a los médicos que no supieron tratar o alentar al enfermo, o al propio enfermo que siguió consejos cuando estaba y se sentía pleno y satisfecho.

Desde mi entender de la vida, es lógico pensar que muchos de los médicos viven de la enfermedad y por ello les es fácil percibir una enfermedad, pero también sé que mientras una persona se sienta vigorosa, plena y satisfecha con la vida que lleva, sin importar que sea portador de una grave enfermedad, mientras esta no se manifieste o le sea comentada, diagnosticada o el peor de los casos, se le hable trágicamente de un final de tantos meses, un resto de vida con ella a cuestas, un mensaje de oscuridad, más que dé luz y despertar, toda enfermedad, empezará a corroer el cuerpo, a menoscabar el espíritu y a desalentar al ser humano que le es comunicada una tragedia en su vida, en su lugar debiese comunicársele una esperanza de salir adelante, de acabar con su peso mental, con sus miedos hacia el futuro, de alentar, para recuperar la salud.

Pero eso no se logra, si se vive inmiscuido en la realidad, y la tragedia se comunica directa y a la yugular del enfermo y se desconoce de las otras realidades que tiene la vida y que podrían ayudar al enfermo, obviando lo malo y alentando y buscando mejoría real en el enfermo, sin importar que dicho aliento no esté dentro de lo que la medicina apruebe y le satisfaga. Portamos malos augurios, o emprendemos cambios positivos que den esperanza de mejores días a las personas, y no se trata de negar la realidad, pero sí de darle un mejor sentido a la realidad.

He visto personas que poco acuden al médico, a pesar de sus dolencias, enfermedades, a la insistencia y recomendaciones de las instituciones creadas para dar salud, de acudir a la medicina preventiva, cada mes como paciente crónico, estos que poco van al médico, morirán, como también lo harán quienes van regularmente al médico, pero vivirán con la satisfacción que no traicionaron sus convicciones de vida, y que la enfermedad no les esclavizó como otros quisiesen que vivieran, sino que vivieron como a ellos decidieron vivir su propia vida, con o sin tragedia a cuestas…

Ragde 47