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Alguien me dijo:

"Todo lo que pasa en la vida tiene una razón de ser, Dios no deja nada al azar"

...así mismo dile a los que están en la película contigo, que no todo fue planeado así, pero la idea general está plasmada en cada experiencia vivida, que el Dios del amor, que controla su creación no sabe del error, no puede equivocarse porque dejaría de ser quien es...

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martes, 17 de febrero de 2015

ME FIO DE LOS SILENCIOSOS



Salí al coliseo del pueblo donde vivo junto con el hijo de mi esposa. Nos dirigimos allí a lanzar con un balón de baloncesto un rato, queriendo con ello hacer algo de ejercicio físico.

Durante un buen rato corrimos y lanzamos y con eso del pasar de los años, ya me dolían los músculos, la causa probable, el abandono del ejercicio físico por la comodidad de una cama para ver televisión, un computador, que no pide mayor esfuerzo y demás accesorios de la vida moderna que minan el cuerpo y lo hacen carga para el propietario del “bulto”.

El caso es, que allí también había unos niños entre los 10 y 14 años jugando  fútbol de salón. Por lo que terminamos jugando un partido. La división de los equipos quedó de la siguiente manera. El equipo contrario lo componían 4 muchachos y el mío lo conformábamos 3, el hijo de mi esposa de escasos 6 añitos, un niño de cerca 11 años y yo.

Como la mayoría de deportes, con el encuentro se buscaba conseguir la mayor cantidad de anotaciones, lo cual se apretó al inicio con un 4-4, posteriormente llegamos a aventajarlos con un 12 a 4 goles, pero empezó la viveza del equipo perdedor y se acordó que ganábamos 10 a 4.

Mientras transcurría el encuentro, mi equipo disfrutaba el encuentro, en el equipo contrario se destacaban los insultos entre unos y otros, no conformes con el resultado, cambiaban de arquero a cada rato, era todo desorden. El pequeño de 6 años dejó de jugar y se fue a lo suyo, a jugar en un parque cercano. Dejándonos 4 contra 2 jugadores. El cansancio cobró factura y empezó el recorte en el marcador, sin embargo nunca llegaron a alcanzarnos.

Como entraba la noche, el equipo contrario en una jugada acostumbrada en la gente débil y poco esforzada, decidió que el partido se definiera para quien hiciera el último gol. No hubo protestas de nuestro equipo. Finalmente y tras  varios goles anulados a nosotros, por cualquier justificación que ameritara la postergación del ganador, ellos hicieron un gol y “ganaron” el encuentro.

Hoy deben estar ufanándose de su hazaña y recalcándole a mi compañero  de juego, lo grandiosa de su victoria, sin sentarse a pensar, que si por un momento nuestro equipo no hubiese aceptado el cambio de reglas, remotamente hubiesen obtenido el triunfo.

Posdata: El niño que fue mi compañero de juego, en ningún momento protestó, ni porque el hijo de mi esposa dejara pasar el balón, ni porque los otros cambiaran las reglas, simplemente se dedicó a jugar, a disfrutar el juego y a salir ganador, aunque hoy pueda aparecer como perdedor, frente a los vivos que llegarán lejos en un  mundo que aprecia su engaño y que se olvida de las reglas establecidas en con anterioridad en el juego.

De alguna manera, él vio en mí al líder del equipo y como ese líder jamás protestó porque estaba interesado en jugar, no en el resultado, se dedicó a hacer lo que hace un gran jugador, compartir el balón, pensar en el bien del equipo y no en su propia gloria y es por ello que hoy me afirmó más en mi creencia a ciegas en los silenciosos  y no en los que gritan sus virtudes, porque son sus acciones su mejor carta de presentación… 

Ragde 47