Imagínate
que alguien te dice: ¡Ve a la universidad, a la escuela y colegio, al trabajo,
a la familia, a la sociedad, a la vida en la tierra y vienes y me cuentas!
Eso podría
resumir lo que hemos venido a experimentar por éstos lares y cantares…
La vida es más
de lo que se ha dicho y menos trágica de lo que creemos o nos hemos convencido
al ver y estar aquí…
Si existe un
Dios (como lo creo y me convenzo día a día) no hay razón para dejar de vivir
desde los trágicos momentos hasta las más altas alegrías, porque tendremos
mucho más por relatar al otro lado, seremos cuenteros de grandes historias
vividas, sabremos por primera mano de lo nefasto que pueden ser las guerras y
las miserias humanas, comprenderemos el hilo conductor de ése ser superior que
tanto nos ama y nos seguirá amando…
Pero como la
gracia no es que nos lo cuenten, sencillamente nos hemos venido a vivirlo aquí y
conocimos la lluvia, experimentamos el sol, el calor humano, la desdicha y
trágica hora del miedo, y a Dios padre y sus gracias (bromas que sacan una
sonrisa en los momentos tristes)…
Todo cobrará
real sentido cuando abramos los ojos en el más allá, aquí seguirán las dudas
que nos asaltan de vez en cuando, a menos que creamos en cuerpo y alma en ésa
voz interna que nos acompaña, aconseja, y vislumbra la otra realidad…
Dios el
matemático debió sentarse (si tiene con qué) calculadora en mano, trazos y
compases, a vislumbrar futuros posibles, y el tronar de sus dedos dio comienzo
a la creación tal y como hoy la vemos…
La tragedia
de todo comienza cuando nos tomamos la vida tan en serio y nos creemos los más
importantes y dejamos de lado las necesidades de los demás y ése crearnos el
mundo tal y como yo lo quiero y deseo, convierte a la vida en un instrumento
para el mal y la discordia entre todos…
Todo es
posible, siempre y cuando se deje…
Ragde 47