El estado y la familia...

El estado está para sancionar a la familia, pero no para ayudarla; está es la realidad en este momento. Basta con mirar como se sanciona a aquél padre que maltrata como forma de castigo, sin embargo cuando se le educó, únicamente se le impartieron conocimientos, pero jamás se le inculcaron relaciones humanas, se le enseñó sobre química, física y demás ciencias, pero a la hora en que se convirtiera en guía, estaba maniatado al pasado, su experiencia como hijo era la única referencia en la que podía sustentarse para impartir disciplina a sus propios hijos. Un hijo maltratado, por lo general está convencido, que esa es la mejor manera de disciplinar al hijo que se sale de los lineamientos impuestos en el hogar. Es cierto que se deben proteger a los niños de toda sociedad, pero si los miembros de dicha sociedad son divergentes en sus formas de vida, se hace difícil el acatamiento de las reglas de juego, ya sea por necesidad o por desconocimiento. Muchos padres, generalmente en la pobreza, tienen que trabajar y por consiguiente dejar que sus hijos estén a solas en casa sin el cuidado y la guía de ningún adulto, lo cuál permite que estos menores terminen siendo educados por las calles, y cuando sus padres tratan a su manera de disciplinar imponiendo la fuerza, el estado llega para sancionar, pero no entrega herramientas a estos padres para que ellos puedan ofrecer otra alternativa de disciplina. Considero que la educación debe ser más amplia y no sea simplemente la entrega de conocimientos, sino el análisis de las diversas interrelaciones sociales, para que los niños de hoy, sean mejores padres mañana y de paso entreguen a la sociedad hijos con conocimiento de reglas, derechos y deberes para con los demás. Para ello los profesores deben estar a la par del avance social, sin quedarse encerrados en la educación tradicional y algunas veces intolerantes con la diferencia.