Cariñoso abrazo que emana
de su ser
Que se siente cual
fragancia aromatizante,
Caluroso arrullo en
la niñez
Que se percibe aún
tras el velo de la vida
Es su voz, es su
canto
Es su ternura su
mejor vestido
Es su sonrisa, son
sus deseos,
Milagros diarios para
los suyos…
Su piel es contacto
sagrado,
Su sabiduría es voz
premonitoria
Sus besos son pequeños
mordisquitos al cielo
Cuya dulzura jamás
empalaga…
Son regalos diarios nacidos en su corazón
Anhelantes de un mejor
porvenir…
Mamá, gestora de
quien soy,
Fuiste el impulso,
Eres la sombra tras
cada meta lograda
Y serás la
celebración de una vida por VIVIR…
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