El Dios en el que creo...

Imagen abstracta de DIOS

Anda loco de amor, regala sin pedir, no conoce de infiernos, es todo imaginación, le encanta reír y sonreír, se divierte creando y sobre todo le parece maravilloso esconderse...

Crece a la medida en que crecemos aunque es inmutable, es el todo y la nada. Cuando visita la tierra, se hospeda en un cuarto amplio llamado corazón - mente. Sólo aquello que posee vida se impregna de él, se llena de la experiencia de sus criaturas. Habitante del pensamiento.

En las tristezas es abrazo consolador, en los malos momentos es la fuerza interior, en el desasosiego es esperanza, en la derrota es horizonte, en la vida es eternidad...

Es un pellizco de felicidad en cada triunfo, es todo libertad, marcha al ritmo de sus creaciones, es el más paciente entre los tolerantes, te guiña un ojo cuando avanzas, regala amaneceres, ocasos y besos en cada gota, vibra con la combinación de los colores, es la mejor melodía en los sueños...

Es un Dios de amor, suave y dulce a la vez, nació entre algodones y le encanta arropar a los suyos, es el fin por alcanzar, pero se encuentra cerca del final de la eternidad, si es que la eternidad es una medida...

El mundo es imperfecto, porque era necesario, él lo desconocía y necesitó conocerlo, para saberse perfecto (claro que son especulaciones mías).

En la noche aquella en que los sueños fueron reales, Dios padre estaba a la orilla del universo e imaginó el comienzo, pero no pudo imaginarse el final, simplemente tendría que dejar de existir, algo imposible, así que sonrió, me esconderé y esperaré a que me busquen se dijo, y mientras ellos no desistan siempre me encontrarán.

En el gran juego imaginativo había momentos de desesperanza y una tenue luz parpadeaba, luego quién la divisaba continuaba su búsqueda, al comienzo de otra etapa, todos llegaron y la creación fue perfecta. Dios dio comienzo a la nueva era, y aún así siguió deslumbrando a sus criaturas... R47