Hoy, me tocó vivir un instante de inutilidad física, para mi bien espero, en el camino de la vida que llevo, me fue presentada la sombra de la luz.
En la mañana me sentía débil por una gripe que me aqueja, sin embargo un dolor presente en la parte inferior de la columna fue la causa de tan difícil momento. Baje a ver el partido Alemania - Dinamarca, en el momento de levantarme de la cama, un dolor intenso en la parte baja de la espalda, me hizo pensar si estaría en condiciones de llegar a mi cuarto y descansar.
Cuando empecé a caminar, un fuerte dolor, no de aquellos que te llevan a gritar o llorar, más bien hablaría de un dolor que te paraliza, que aunque sabes que tu cuerpo se puede mover, sin embargo no lo puedes hacer, es tan intenso que si pudiese compararlo con los dolores de parto, sencillamente no quisiese tener hijos, si fuese mujer.
Caminando más por fuerza de voluntad, traté de subir las escaleras, tan solo lo logre a gatas, como un niño en sus primeras incursiones al desplazamiento físico. Luego el dolor fue tan intenso que no logré proseguir, me eche al piso, la imagen de ese papel lo dice todo, lo traía en la mano y allí quedó al lado de la cama, totalmente inutilizado, con las ganas de continuar pero sin la fuerza física para hacerlo, sin embargo, ese coraje con el que se nos ha equipado, me impulso a dar el último esfuerzo, y así lentamente y con movimientos pausados pude al fin lanzarme a la cama.
Este momento vivido, me ha hecho pensar en el tiempo libre, el cuál, tal vez no lo he sabido utilizar. Me hizo sopesar la vida misma y la posibilidad de quedar cuadrapléjico, sería que llegado ese momento podría decir, todo está consumado, en otras palabras no me queda nada por hacer, lo vivido era lo que debía hacer, ¿caminé el tiempo necesario?, ¿Hablé con las personas todo lo que deseo compartir?, ¿ Viví a plenitud?, ¿no me arrepiento de nada?, ¿no me queda nada por hacer?.
La realidad es que aún me falta, que si la vida se corta en este momento no me arrepiento de nada, porque aún las cosas negativas eran necesarias para entender la vida misma, que los momentos trágicos son los mejores para tomar decisiones para vivir la vida, porque en los buenos momentos nos olvidamos del sentido del vivir, que la comodidad es enemiga del avance, que la facilidad empequeñece al ser humano, y por nuestro bien siempre estamos en las manos de quien nos creó... R47
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