Ni mejor, ni peor que el de los demás, es la muestra
viviente del crecimiento personal, espiritual y el equipaje de mano que llevo
en mi alma para el otro lado.
Grande e inmenso, amoroso, Dios bondadoso, ni juzga, ni
juzgará. Sin premio, ni castigo para quienes se portan bien o mal en ésta vida
humana.
Dios padre de toda la vida creada con capacidad
intelectual de reconocerle y buscarle.
El mal existente no fue fruto de su creación, pero si
consecuencia de dejar en libertad de escogencia a los seres por él imaginados y
por sus hijos creados.
Si estoy en el comienzo de una larga marcha hacia su
encuentro, lo único que podría regalarle sería la intensión sincera de día a
día mejorar queriendo parecerme más al concepto que yace en mi mente de quien
es él.
Que cada ser humano pueda vislumbrar esa mínima parte del
padre que yace en lo que llamamos corazón-mente, y al sentirlo como cierto,
emprenda el viaje interior hacia un mundo mejor para él y para los demás.
No hay verdad absoluta en ésta tierra, pero esas pequeñas
verdades cambiantes, pueden llevarnos a ver más allá de los desafortunados
días, de la inconciencia humana de nuestros hermanos espirituales, que se
niegan a nacer en el crecimiento espiritual, con sueños celestes, que van más
allá de la cotidianidad de una vida material...
Ragde 47
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