Entiendo que los padres quisieran influir en la vida de los hijos para bien, por ello deciden desde la niñez imponerles ciertas tendencias propias del pensamiento, obligándolos a asistir a reuniones religiosas, dónde se venera su sentir religioso.
Puede parecer pernicioso el
pretender dejarlos construir su propio camino hacia la veneración espiritual,
sin imposición u obligación de sus cuidadores, pero lo que se ve en la vida
social, es que a partir de cierta edad algunas personas cambian de institución
religiosa, ya que en la nueva compaginan de mejor forma, porque sienten que la
religión de sus padres no es a la que
pertenecen.
Mientras se pode el árbol de la vida, no se crece como quisiéramos sino
como otros quieren, y llegado el momento, con total naturalidad, el ser humano
emprende el viaje interior hacia el descubrimiento de su ser espiritual, aun
pudiendo ofender a los suyos con los cambios que esto conlleve.
El buen padre guía, otros imponen y terminan sufriendo y haciendo
sufrir…
Ragde 47
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