En cierta ocasión el creador bajo a la tierra y se le presentó en sueños a un hombre entre tantos. En el sueño Dios Padre decidió complacer a este hijo en todo lo que siempre había deseado; le dijo que cada cosa que deseara o hubiese deseado con anterioridad, durante una semana se le volvería realidad. Dios decidió mostrarle a este ser humano, mediante la experiencia, porqué él no complace cada capricho humano. Al final de la semana los dos sacarían conclusiones.
A la mañana siguiente, decidió salir temprano y aprovechar cada minuto de esa semana para disfrutarla al máximo. Saliendo de su casa, se encontró con aquella mujer que tanto había deseado, de alguna manera se dieron las circunstancias para entablar conversación, la invitó a tomar café y ella aceptó, decidió no ir a trabajar para poder estar con ella.
Aunque ella era una mujer casada, por algún motivo aceptó comenzar una relación sentimental con su vecino. Luego de ver su primer deseo cumplido, decidió comprar el billete de lotería que le ofrecieron y que jugaba esa noche.
Al siguiente día, se levantó, leyó el periódico y cuando vio los resultados de la lotería, se llevó las manos a la cabeza, la sorpresa para su beneficio era maravillosamente grande. Era el ganador del premio mayor de la lotería jugada la noche anterior. A punto de estallar de alegría, gracias a que se veían cumplidos en él, los sueños de la mayoría de seres humanos, salió a contárselo al amor de su vida, a la mujer que robaba sus sueños, a la dueña de todo su ser.
Cuando ella se enteró, decidió acompañarlo en todas sus locuras, en el cumplimiento de todos sus sueños, en la realización de cada viaje pensado. No hubo necesidad de renunciar al trabajo, ya luego se darían cuenta que nunca regresaría allí. Por su parte ella decidió abandonar a su marido, y sin más planes decidieron ir a cobrar el premio y salir de viaje rumbo al extranjero.
El cobro del billete, tuvo todas las facilidades que solo Dios podría otorgar. Antes del viaje compraron ropa, joyas, perfumes y cuanto accesorio necesario e innecesario pasó frente a su tan desbordado apetito por el lujo y el poder.
Cansados de tanto recorrido, decidieron contratar dos empleadas que les ayudaran en todo aquello que ya no deseaban realizar por su cuenta, lo único que se vieron obligados a realizar fue el aseo personal, por lo demás, ya no había que preocuparse, sus empleadas estaban delegadas a realizar cuanta labor tediosa.
Luego de una semana en el extranjero, en las playas, en los grandes monumentos, en las ciudades más caras, tras tanto derroche de dinero, ese Dios que lo visitó en la primera noche de su buena fortuna, volvió a presentarse.
En aquél dialogo, Dios preguntaba, ¿qué tanto hiciste por los demás?, ¿tu beneficio también hizo eco en los demás?, cumpliste tus deseos y sin embargo te olvidaste de esa otra parte de ciudadanos que viajan contigo, ¿cuál fue la razón?, sabías que para que esa mujer que hoy te acompaña, estuviera contigo, ¿fue necesario violentar su voluntad?, para que todos tus deseos fueran realidad, otros debieron privarse de comodidades, contribuir sin saberlo a que tus sueños se llevasen a cabo, algunos con dinero a través de la apuesta diaria en una lotería que uno solo gana, otros con ideas para que la gente pueda viajar con mayor comodidad y a mayor velocidad, algunos diseñando ropa, otros joyas, inclusive ciertas personas humillando su dignidad para satisfacer el ego de quién se cree grande con dinero. Hace una semana eras una persona, hoy pareces otra; la gran pregunta que todo ser humano debe hacerse ¿eres una mejor o peor persona?... (Te lo dejo ahí…por el momento)…
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