Al convivir dentro de una sociedad, es imposible, poco probable, que no se suscite uno de estos dos polos opuestos. Lo que habría que entrar a mirar es en quienes se motiva uno y otro, que clase de persona es más propenso a despertar su odio hacia otra persona y quién definitivamente no le da cabida al rencor.
Generalmente el éxito, ya sea laboral, económico, sentimental o en cualquier área donde un ser humano pueda crecer, contribuir o destacarse, va alevantar mella en los espíritus mediocres. Es a ellos a quienes se les despierta el resentimiento, ya que les es imposible llegar a la cumbre por sus propios medios y por ello en el momento en que ven llegar a otra persona al sitio en el que ellos quisieran estar, dan rienda suelta a las artes oscuras del ser humano.
Por otro lado, están las personas que saben de sus limitantes y sus fortalezas. Que aunque una persona destaque sobre las otras en un área específica, también tiene falencias en las que otra tiene su fuerte. Simplemente el saberse diferente y apostarle a enaltecer y mejorar en aquello que puede destacar, le hacen una persona dispuesta a amar, ya que las glorias ajenas son contribuciones positivas a su propia gloria.
Alguien decía, todo está en la mente, tal vez porque únicamente pensó, pero si se hubiese dejado llevar por las emociones, por la fuerza del corazón y no solamente de la razón, hubiese dicho, "todo está en la mente y el corazón".
Si te odian, que no sea porque eres la piedra en el camino de los demás y si te aman que sea porque te has ganado su corazón. R47
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