Vistas de página en total

43,336

Alguien me dijo:

"Todo lo que pasa en la vida tiene una razón de ser, Dios no deja nada al azar"

...así mismo dile a los que están en la película contigo, que no todo fue planeado así, pero la idea general está plasmada en cada experiencia vivida, que el Dios del amor, que controla su creación no sabe del error, no puede equivocarse porque dejaría de ser quien es...

Si te gusta compártelo en Facebook

jueves, 27 de junio de 2013

MUJER EN FLOR



SEGUNDA PARTE

Ella levantó el teléfono y marcó, sintió cierta punzada en su corazón cuando al otro lado escuchó una voz que la envolvía, era la de aquel hombre que la semana pasada le había ayudado a despinchar una rueda de su automóvil.

Luego de los saludos acostumbrados, del sonrojo despertado, de las risas que van y vienen, ella decidió proponerle un encuentro en un maravilloso restaurante, en el sitio de moda de la clase social alta.

Él decidió que allí no sería ese nuevo encuentro, por su manera de pensar y la incomodidad que le producía el lujo, le propuso que mejor sería que lo acompañara a una discoteca cercana, donde él frecuentemente bailaba, los fines de semana que tenía libres.  

Ella feliz por tener la oportunidad de volverlo a ver, no opuso resistencia a la propuesta, finalmente lo que importaba era que él iba a estar cerca de ella, el lugar era lo de menos. La fecha convenida era ese viernes en la noche.

Ella llegó al sitio de encuentro, con una hermosa sonrisa, su vestir cotidiano la hacía resaltar, como el arcoíris tras la tenue lluvia. Él por su parte, se anticipó a su llegada, no deseaba hacerla esperar.

En la comunicación telefónica se había atrevido a decirle que ella llegara sola al lugar acordado, y aunque sintió cierta vergüenza por su propuesta, deseaba conocerla tal y como era, sin que él tuviese que recurrir a cambios en su estilo de vida.

Aunque a ella se le hizo extraño que él no quisiese pasar a recogerla, para luego asistir juntos a la discoteca que él habituaba visitar, finalmente consintió en que ella llegaría allí. Sus deseos eran más fuertes que las tradicionales normas de cortesía en las que se movía a diario.

Cuando él la vio, sintió deseos de abrazarla, de besarla, como si fuese la amiga de siempre, el amor de su vida, la mujer de toda una vida soñada. Ella le sonrió, sintió cierta incomodidad al percibir como él posaba su mirada en ella, no era frecuente el sentirse intimidada frente a un hombre.

Luego se acercó, el rosar de mejillas los transportó a un bello sentimiento, que los dos hubiesen descrito como amor. Pidieron cada uno un trago, duraron hablando cerca de una hora sin dejar de mirarse, ella extasiada, decidió darse un momento de tranquilidad y pidió disculpas pues deseaba ir al baño.

Ya allí, se sintió la mujer más feliz del mundo, había encontrado el amor, no todos los día se gana la apuesta por la que toda mujer enterregaría su propia vida, así que decidió que él la acompañaría de ahora en adelante, cuidaría de agradarle lo suficiente para que su dicha fuese real.

Volvió a su encuentro, él la invitó a bailar, ella feliz, aceptó. Bailaron el resto de la noche, ella flotaba, su voz era caricia frecuente en su oído, sin embargo aunque ella lo deseaba, él no decidió hacerle una declaración formal de ese amor que ambos sentían.

Desilusionada, vio como la noche se acercaba a su final, en un momento de desesperación al pensar en que la dicha se le escaparía de sus manos, decidió dar ella el paso, así que en un arrebato desenfrenado le estampó un beso en la boca.

Él más que molestarse, le dio cierta risa interior al percatarse hasta donde la había presionado para que ella hiciese lo que hizo. Luego de tan grandioso beso, le beso una mano y le pidió disculpas, pues él la amaba igual, sin embargo deseaba verla hasta donde resistía ese amor que se le salía por los ojos.

Ella un poco irritada por la confesión le dio la espalda, hizo ademán de irse, le dijo que le parecía de mal gusto que él en su primer encuentro se burlara de ella, si realmente la amaba debería evitar hacerle daño. A él le parecía gracioso la circunstancia y la manera en que ella se comportaba, pero para no darle más motivos a su rabieta, se contuvo.

Cuando por fin se calmó, él la abrazó y le dio un beso apasionado que de no ser porqué estaban sentados, ella se hubiese desmayado. A ella le parecía raro que su cuerpo se comportara de esa manera, como si a ella nunca antes la hubiese besado hombre alguno. Tal vez el amor es tan fuerte que hace del torrente sanguíneo un volcán de lava incontrolable, lo cual lleva al cuerpo a perder la fuerza sostenedora.

Salieron de la mano rumbo a la casa de ella, ella esperaba cerrar con broche de oro tan fantástica noche, él sin embargo la sorprendería… Continuará


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.