La
vida es la historia contratada entre el creador y su creación, solo el
involucrado podría saber la razón de su existencia.
El
hecho de vivir conlleva una relación directa con la muerte física, algunos
viven un corto tiempo según contrato, a otros por el contrario les toca un
tiempo mucho más largo, solo la violencia o los accidentes pueden cortar de
tajo ese tiempo de vida.
Saberlo
implica no sufrir por la partida de cualquier ser querido, solo la ignorancia
al respecto nos ciega en dolor y sufrimiento.
El
desprecio por la vida, es una bofetada directa al creador, por ello el
desperdicio de comida en un mundo que se muere de hambre, es una afrenta al
dador de vida, el egoísmo es la ignorancia de la vida, galopante sobre quienes se
suben en el yo, como única manera de vivir.
La
bella persona no es la que aparenta con buenas maneras y buenas palabras hacia
los demás, pero desprecia a los suyos con golpes, malas acciones e inflige
dolor.
La
buena persona es bella, porque aprecia toda forma de vida. Vive y deja vivir.
No auto-mutila sus alas embriagándose con autosatisfacciones que se encuentran
en los juegos de azar, en las drogas alucinógenas o legales, en la alimentación
excesiva y golosa, en todo exceso que más que prolongar la vida, la acorta.
La
bella persona, investiga, no se conforma con la tradición de las sociedades,
interrumpe toda acción que infringe lo más apreciado, la voz del creador que es
sagrada al volverse vida. A veces es osada en su actuar y aunque parezca inverosímil,
termina pagando con su propia vida, dejando un legado para todas las
generaciones por venir, trasciende la vida, se convierte en un ideal de vida
por vivir.
Según
entiendo, la vida es una constante contradicción, ya que no hay buenas y malas
maneras de vivir, aquellos que podrían ser despreciables para una sociedad
evolucionada, tienen su razón de existencia en el cimiento de la vida misma,
existen. ¿Por qué o para qué?, solo puede verse tras el velo de la muerte
física o tras la trascendencia de la vida material, que ve lo que pocos ven y
aprecia al despreciado.
La
vida existe y se interrumpe en la materia, pero trascendida en los confines del
tiempo asciende hacia el creador, solo aquellos que deseen acercarse al creador
podrán algún día saber el nombre que identifica al ser que los creo.
Alguien
me susurró: ¡Ven a mi casa y podrás saber mi nombre!, yo soy Dios para el
comienzo, pero ____________ para todos mis invitados…
Ragde 47
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