Cada cosa a su debido tiempo, nos obsesionamos con pedirle al padre, que
se nos olvida, que de seguro, si es lo que necesitamos o necesitan los demás,
aunque no lo pidamos va a suceder.
Por ejemplo si dijese, Dios padre haz del día de los demás y el mío algo
positivo, una bendición…Puede parecer innecesaria la crítica, al fin y al cabo
se desprende de la petición, el pensamiento de alguien que busca el bienestar
humano, también es cierto, que el padre siendo más que la suma de cada uno de
nosotros, hará lo mejor para nuestro crecimiento personal, aún si ningún ser humano así lo pidiese…
La vida, es alegría con el nacimiento y el movimiento del nacido y
tristeza con la quietud, el sufrimiento y posterior muerte en la vejez…Sólo es
un pensamiento que me acompañó desde la mañana, puede ser inteligente, pero
posteriormente surgió algo crítico.
Muchas personas viven como zombis, muertos vivientes, pero al contrario
de las películas, muchos de ellos tienen un cerebro bastante activo, crítico de
la vida, que terminan siendo un cúmulo de tragedias y terminan viviendo sin la
esperanza de un mundo mejor.
No creen en una vida tras la muerte, porque esa realidad trágica, les ha
robado la posibilidad de días mejores, y viven obsesionados con encontrar la maldad
en cada ser humano, olvidando o dejando de lado, la capacidad de amar que
también tiene cada ser humano.
Las tragedias son inevitables, pero de allí seguramente algo maravilloso
ha de escribir el padre celestial, cada ser humano que es tocado por la misma,
tendrá una experiencia particular que lo ha de llevar a esa cercanía con el
mundo espiritual, la palpación del dolor y el sufrimiento, desarrolla nuestra
capacidad de condolernos por el otro, de amar al prójimo como Jesús de Nazaret
predicaba hace cerca de 2.000 años.
Solo puedo concluir éste escrito de una manera… Gracias padre por
permitirnos pensar, errar, crecer y de paso contar nuestra historia a los
demás…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.